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Arquitectos: Francesc Rifé Studio
- Área: 268 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Montse Capdevila
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Proveedores: AutoDesk, Bulthaup, Carl Hansen and Son, Cassina, Milan Iluminación, Santa & Cole, Viabizzuno, e15
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Con la sensación de estar abriendo un capítulo en la historia de la marca alemana de cocinas, la suavidad, los detalles y la calidez marcan la nueva imagen de bulthaup Sant Cugat. Su nuevo interior, más íntimo y personal, es el resultado de la colaboración entre el diseñador Francesc Rifé y, la propietaria del showroom y diseñadora, Caterina Masferrer. “La idea detrás del nuevo diseño es evocar el calor familiar y llevar el proyecto hacia un concepto más doméstico”, explican. Más como un hogar que como un negocio, más reservado que expuesto, más próximo que impersonal. Para conseguirlo, se han seleccionado materiales serenos y un cromatismo cálido arraigado a la identidad de bulthaup. El roble natural o teñido en diferentes tonos se equilibra con los suelos de hormigón, mientras que la neutralidad de las paredes y los techos en microcemento dan forma a la mayor parte del espacio.
Cuidadosamente ordenadas y compuestas, las cocinas se distribuyen en dos niveles. El primero, que combina una zona de doble altura con otra más baja, se presenta como un atelier en el que los visitantes pueden interactuar con los materiales y acabados de la firma. También se ofrece la oportunidad de experimentar los muebles de bulthaup en un sentido puramente técnico, profundizando en su estructura y configuración. En el nivel superior, en cambio, se representa una escena mucho más personal del hogar a través de una selección de mobiliario y objetos atemporales e icónicos. Para una experiencia espacial más conectada, este último ambiente queda visualmente abierto tanto a la planta baja como al exterior a través de un cerramiento acristalado enmarcado en madera de roble. Los puestos de trabajo también se reparten a lo largo de todo el proyecto fomentando una circulación cruzada entre empleados y clientes.
Sin apenas distracciones, ni de forma, ni de materialidad, la escalera se adapta a la forma del espacio y su diseño se anima a través de sutiles detalles. La pincelada final llega con el uso de grandes cortinas que, una vez más, hacen referencia a la intimidad del hogar mientras que permiten controlar el exceso de luz natural que entra desde la fachada. Un gesto práctico que, además, busca agregar sensibilidad a la atmósfera y una cierta ambientación escenográfica.